martes, 4 de septiembre de 2012

EL PRINCIPIO DE TODO




EL PRINCIPIO DE TODO.

Este es el principio de  todo,  que creas  que Jesús es el señor, que Dios le levantó de  entre los muertos y le recibas en tu corazón, le aceptes como tu señor y salvador.

Creer no es tan fácil.

 

A Dios nunca nadie le avisto jamás pero él se hizo visible al hombre por medio de Jesucristo, esto para que todo el que en él cree no sea condenado sino que tenga viva y vida en abundancia. Solo algo demanda Dios al hombre para su salvación, CREER, creer en su hijo, el que vino en sacrificio por nuestros pecados y para darnos esperanza de vida y salvación.

Pero creer suena fácil, sin embargo creer no es tan fácil, pues  es reconocer nuestra necesidad de Dios, es reconocer que estamos actuando mal, que no somos gratos delante de nuestro creador, es querer una vida nueva y llena de buenas obras, es reconocer un ser superior y entregarle nuestra vida y voluntad a nuestro creador, es saber que sin Dios nuestras vidas no tienen sentido.

Alguien diría creer es fácil, pero esto no es de nosotros sino de Dios, que por medio del espíritu santo nos convence de pecado y nos lleva a el camino de la salvación por Jesucristo, el único puente entre Dios y el hombre y que por su sangre hemos sido curados.

La salvación del hombre  es un regalo de Dios leamos: Efesios 2:8-9


Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;  no por obras, para que nadie se gloríe.

Es por fe  que podemos recibir el don de la salvación, ¿pero que es la fe?: leamos Hebreos 11:1-3.


Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.


Por la fe comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

Así que no es una religión lo que te predico hoy, sino las buenas nuevas de salvación por medio dela fe, el creer en el  único y suficiente salvador que Dios el padre nos dio para que le conozcamos y llegamos a él, buscar a Dios es buscar nuestra otra parte, esa parte que le da sentido a nuestras vidas, y nos hace mejores cada día, enamorarnos de Dios, es tener nuestra vida completa, vivir esperando a el señor con gozo y alegría, entrégale la vida a él y el será fiel para perdonarte y restaurarte, no dejes que el engaño de este mundo turbe tu corazón,  Jesús dijo:  No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; de otra manera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Y si me voy y os preparo lugar, avendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo esté, vosotros también estéis.

Y sabéis a dónde yo voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino?

 

 6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.


No creo que alguien necesite más  interpretación, que estas palabras  tan directas de nuestro señor Jesucristo. No es creer en fantasías creadas por hombre, ni personas, ni imágenes, u otras enseñanzas que buscan alejar al hombre de la verdad, pero diríamos cual es la verdad  Jesús es la verdad, cual es el camino, Jesús es el camino, y la vida cual es,  Jesús es la vida, nadie llegara al padre si no  es por él, y con el estaremos  cuando el venga o muramos en el señor. No te salvará el título de una religión o rituales o grandes obras, solo el creer en él.

 

(Hechos 16:31).


 "Señores ¿Qué debo hacer para ser salvo? (Hechos 16:30-31). Si profundizamos, sabemos que el carcelero era Romano, tal vez  politeísta, como cualquier ciudadano de su época, lo importante, es que vio reflejado en Pablo y Silas una esperanza de salvación; a pesar de estar presos y haber sido golpeados, estos cantaban y oraban a Dios, cosa que el carcelero no entendía.
Sobrevino un terremoto, y las puertas de la cárcel se abrieron, el carcelero pensando que los presos habían huido,  intentó suicidarse, ya que el pagaría con su vida por haberlos dejado escapar; pero, enterándose de que no huyeron , y  no entendiendo su comportamiento, se dirigió a ellos y le hizo la pregunta de la cual hablamos: "Señores ¿Qué debo hacer para ser salvo?", la respuesta de Pablo fue contundente y sin ningún tipo de vacilación: "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa" .

Oración:

Creer es renunciar y postrarnos ante Jesús y decirle, señor Jesús aquí estoy hoy, he creído en tu amor y tu verdad, quiero ser salvo por medio de tu  sangre y creo que tú eres el señor, que Dios te resucito de los muertos y que hoy tengo vida en ti, perdóname y enséñame cuál es tu voluntad para mi vida, yo te serviré con amor y entrega, entra en mi vida y restaura mi ser.  Gracias mi señor Jesucristo, por que hoy  soy cristiano, un seguidor tuyo  amen.





Bueno una vez  que  realizaste esta oración, es cuando empieza  tu nueva  vida y el nuevo nacimiento.
Naces a una vida  llena de plenitud y páz en cristo Jesús,  los primeros pasos  que empezarás  á dar serán los más importantes, pues estos marcaran  una nueva  experiencia en tu vida, un principio para un liderazgo y un ministerio en la casa de Dios.
Un obrero lleno de entendimiento, sabiduría y de amor por las almas que aún no conocen el regalo que Cristo tiene para sus vidas, el que tu  pudiste  experimentar, ciertamente toda  sabiduría y conocimiento viene de Jehová, que  hizo los cielos y la tierra, y en  él está  toda  plenitud  de salvación.

(Proverbios 2:3-6
 "Si invocas a la inteligencia y pides que la prudencia te asista; si la buscas como si fuera plata y la examinas como a un tesoro, entonces entenderás  el  temor de Jehová y hallarás el conocimiento de Dios, porque Jehová da la sabiduría y de su boca proceden el conocimiento y la inteligencia “

Cuando un bebé nace se le da  comida blanda, pues el aún no tiene dientes para masticar y digerir alimentos duros o pesados, según el crece  su comida cada vez  es más sólida, pues él ya puede procesar esos alimentos. Esto lo traemos al mundo espiritual y lo entendemos  como  un principio, para poder traer la palabra a los nuevos convertidos al evangelio. Así  mismo según crecen  su alimento cada vez será más sólido y su responsabilidad para con la obra de Dios más grande, por esto  estamos en el temor y la obediencia de  nuestro señor para dar  inicio  a este discipulado.


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