martes, 4 de septiembre de 2012

¿Qué pasará, sí creo en otra forma de salvación?



¿Qué pasa, si creo en otra forma de salvación?


Diríamos,  ¡qué  difícil es ser  salvo!,  pues  no sé  en que  tengo  que  creer, o a quién  le  creo, ciertamente  estoy  confundido, y  abrumado  de  no  saber  qué  es lo que  Dios,  quiere para mi  vida. 


Hay alguna  forma  de ser salvo, alguna  que no sea  por medio de Jesús, tal vez  con portarme bien, y hacer buenas cosas a los demás  quizás  otra forma de salvación. 
esta es tu respuesta. 
Un día  el mundo, estuvo sumergido en la oscuridad,  y por amor,  a este mundo,  Dios nos regaló  un tesoro, y sin merecerlo  nos  hizo sus hijos.
Juan 3: 16 - Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Una de las Fuentes más importante de energía, y más conocida es la luz. Nada es visible al ojo humano en ausencia de luz. La luz penetra y disuelve la oscuridad. También sostiene vida en la tierra. Sin ella, toda criatura viviente no podría sobrevivir; Sin embargo, hay una luz más potente que la luz física que Dios creó (Génesis. 1:3): ¡Dios mismo! En el Salmo 27:1, David dice, “Jehová es mi luz,” En el Salmo 104:2, el salmista testifica sobre el Señor quien “se cubre de luz como de vestidura...” En Juan 8:12, Jesús dijo, “Yo soy la luz del mundo.” El Apóstol Juan dijo que “Dios es luz y no hay ningunas tinieblas en él.” (1 Juan 1:5)

Ciertamente no hay en la biblia otra forma de ser salvo, que no sea por medio de la Luz verdadera, que es cristo Jesús.
¿Es posible  que  pueda ganar la gracia de Dios  por medio de  buenas obras o dinero?
La gracia  de Dios es un regalo, para los hombres, esta gracia es dada  para los que  conforme a su palabra son llamados, 

Romanos 8:28

“Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito”
Teniendo esto claro,  la salvación  no es por  obras,  ni se puede comprar. El poder de Dios y la salvación  es por fe, y fe en Jesucristo, para salvación.



En Hechos 8:9 leemos que en Samaria “había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad”. Él oyó que Felipe predicaba con respecto al reino de Dios y del nombre de Jesús, entonces también creyó y fue bautizado (v. 13). Él se quedó atónito con las señales y grandes milagros que ocurrían. Cuando vio que, por la oración e imposición de manos de Pedro y Juan, el Espíritu de poder era concedido a los creyentes, Simón “les ofreció dinero, diciendo: Dadme también a mí este poder, para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo” (vs. 18b-19). Probablemente Simón pensó: “Estos apóstoles impusieron las manos y el Espíritu les fue concedido. ¡Ah! esto es muy bueno. Yo también necesito de eso. Tengo dinero, hermanos véndanme ese poder”. Esto nos muestra que él tenía intereses financieros.

Pedro le respondió: “Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero” (v. 20). El don de Dios es dado por el Espíritu, no se compra con dinero. Pedro continuó: “No tienes tú parte ni suerte en este asunto, porque tu corazón no es recto delante de Dios. Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón; porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás” (verso. 21-23). Gracias al Señor, hay algo muy precioso aquí: Simón recibió la palabra y fue iluminado, por eso respondió: “Rogad vosotros por mí al Señor, para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí” (v. 24).
Vemos que eso es muy serio, porque una vez que el corazón no es recto, ofendemos al Espíritu Santo. Alabado sea el Señor, porque Simón se arrepintió. Muchos hermanos ya fueron seducidos y engañados, sin embargo, siempre esperamos que, al oír palabras como éstas, ellos puedan recibirlas y se arrepientan para no hacer nada que no sea recto delante de Dios.


El don de Dios, es un regalo que es dado a los hombres, por  fe y para salvación, no se compra, ni se gana solo se cree.

El que en mí cree, aunque esté muerto  vivirá,  dice: el señor.
 Así que, si crees de todo corazón, y le entregas tu vida a cristo, el sera  fiel  para perdonarte  y cumplir con su palabra,  en tu vida, no luches más con el espíritu de Dios, entrégale tu vida a cristo. 

La fe viene por el  oír, y el oír, la palabra de Dios.


El que en mi aunque este muerto vivirá  

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