¿Todos somos hijos de Dios
verdad?
La Teoría sobre
el origen del hombre pregona o afirma que el ser humano es
Producto de un
acto creador por parte de Dios.
Dios, quien ha
existido siempre, tiene la capacidad de crear de la nada con su palabra
poderosa, sólo le basta pronunciar para gestar vida y existencia y aparecer una
obra tan perfecta y misteriosa como es la creación.
En el capítulo 1
del Génesis, versículos del 1 al 31 se nos presenta la forma como creó Dios
todo cuanto existe, y finalmente creó al hombre.
Con respecto a la
creación del ser humano, dice textualmente en la Biblia:
"Dijo Dios:
hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, que tenga autoridad sobre los
peces del mar y sobre las aves del cielo, sobre los animales del campo, las
fieras salvajes y los reptiles que se arrastran por el suelo". Y creó Dios
al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó, varón y mujer (Gén. 1, 26-27)
Sabiendo
esto que somos creaturas de
Dios tenemos que saber que no todos
somos hijos de Dios, solo los que
por su palabra fueron llamados. Y los que por fe
creyeron en Jesucristo estos recibieron el poder ser llamados
hijos, al contrario de muchas religiones que dicen que todos somos
hijos de Dios y se proclaman
así sin recibir a el salvador.
¡Esto es lo que
la Biblia dice!
Primeramente,
cabe decir que Jesucristo es el Hijo de Dios por excelencia, el unigénito del
Padre (único hijo):
“En esto se
mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito
al mundo, para que vivamos por él.”
(1 Juan 4:9)
Sin embargo, Dios
nos da la oportunidad de ser adoptados para ser hijos suyos.
“… habiéndonos
predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el
puro afecto de su voluntad”
(Efesios 1:5)
Así que no todos son hijos de Dios, solo
los que creen y le reciben en su
corazón estos serán adoptados por la fe en Cristo y
llamados hijos de Dios.
Yo creo que Jesús es el salvador ¿pero yo
no puedo perdonar?
Un principio de
la palabra de Dios y un requisito para
ser perdonado es el perdón a los
demás, Dios nos enseña que no podemos
recibir la gracias si no somos capases de perdonar a los que nos
hacen daño. La palabra de Dios nos enseña a perdonar y si no somos capaces
obedecer este principio no somos dignos de ser tampoco perdonados por más que hagamos.
El padre nuestro
dice: y perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden (mateo 6:12 9).
En mateo 6: 14
dice:
Porque si
perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro
Padre celestial;
6:15 más si no
perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará
vuestras ofensas.
¿Cuántas veces
tenemos que perdonar a las personas que nos han causado algún daño?
¿Una, dos, tres,
mil veces?
En una ocasión se
presentó la oportunidad para enseñar acerca de este asunto y como de costumbre
Jesús confrontó directamente el error que había en el corazón de sus discípulos
Mateo 18:21-22
Pedro se acercó a
Jesús y le preguntó: —Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano que
peca contra mí? ¿Hasta siete veces? , No te digo que hasta siete veces, sino
hasta setenta veces siete , le contestó Jesús.
La enseñanza
judía era que uno debía perdonar a su prójimo tres veces.
Un maestro judío
enseñaba “El que pide perdón a su prójimo no debe repetirlo más de tres veces”.
Este es un
requisito para ser salvo, creer en Jesús que Dios le levanto
de los muertos y le di un nombre que es sobre todo nombre en el cual toda rodilla se doblara y toda
lengua confesara que Cristo es el señor
y el salvador del mundo.
2 - perdonar a
los que nos hicieron daño de corazón
y con sinceridad, 3- humillarnos delante
del señor y confesar delante de su presencia que Jesucristo es el señor y acéptale como salvador, 4 -bautizándonos en
el nombre del padre, hijo y espíritu
santo,5 -viviendo una vida de entrega y
oración renunciando al mundo y entregando nuestras vidas en santidad y
amor,6 -esperando firmes en la esperanza del
día en que Jesús venga por su
iglesia,7 -haciendo buenas obras de
amor para testimonia a las
naciones de que en cristo hay vida y gratitud y buenas obras, 8- salir y
predicar este evangelio de salvación a los que aún no conocen el amor de Dios.
Una de las artimañas del diablo, siempre ha sido el engaño y la desviación de
la verdad, esto lo ha logrado gracias a la
ignorancia y las falsas doctrinas
que han alterado la palabra de
Dios, durante muchos años.
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